1845. Milán. En su primer laboratorio de la Porta Nuova, Bernardino Branca, un singular autodidacta, obtiene una bebida única producto de la sabia combinación de hierbas, cortezas, raíces y frutos macerados en alcohol. Cuenta con un colaborador, el Dr. Fernet y Bernardino decide unir sus nombres para bautizar a su reciente creación. Nacía Fernet Branca. Con el tiempo se convertiría en un producto y una marca que trascendería las fronteras de Italia para expandirse por el mundo.
Hoy, la combinación de ingredientes naturales obtenidos en distintas partes del mundo, macerados en alcohol, respetando estrictamente un proceso que lleva más de 160 años y que culmina con una paciente maduración de 12 meses en cubas de roble de Eslavonia es el secreto de Fernet Branca y constituyen su espíritu único.